Duckhee Lee, ubicado en la 212ª posición del ranking, superó este lunes al suizo Henri Laaksonen por 7-6 (4) y 6-1, por lo que se clasificó a la segunda ronda del ATP 250 de Winston Salem, en Estados Unidos. Parece un partido más, pero el surcoreano, de 21 años, se convirtió en el primer tenista sordo en llegar al máximo nivel del circuito.
«Entendí que era sordo a los seis años», contó en una entrevista con el canal de la ATP. «Me impactó, porque significaba que era diferente al resto de la gente». Un año más tarde se iniciaba en el tenis, acompañando a su primo.
En la cancha, los sonidos guían el juego. Cuándo y cómo golpea la pelota el adversario, el ruido del pique, el aviso del juez de línea de que un tiro se fue afuera, la protesta con el umpire por una decisión polémica. Todo eso, para Lee, implica un grado mayor de dificultad.
«No puedo escuchar la pelota ni ninguna indicación en la cancha. Me concentro en la pelota y en los gestos de mi rival», contó el surcoreano, que sólo percibe algunos gritos y los sonidos de algunas bocinas.
Además de guiarse por los gestos, Lee puede leer los labios, una habilidad que le enseñó su madre. También el papel y la tinta -o la mensajería instantánea- son buenos aliados.»A veces tomamos notas sobre las instrucciones e incluso las enviamos por teléfono», comentó Kyu-Tae Im, su entrenador.
Su primera participación en el gran circuito del tenis lo expuso a situaciones novedosas.
El sitio de la ATP reconstruyó la rueda de prensa posterior al partido de este lunes: los periodistas formulaban sus preguntas; un voluntario las traducía del inglés al coreano; Soopin, la novia de Lee, se las transmitía al tenista. Entonces, él le respondía a Soopin, que le comunicaba la réplica al traductor, que a su vez se la proveía a los periodistas.
La ronda de prensa la afrontó como ganador, después de una tarde muy larga. Es que la lluvia había interrumpido su encuentro cuando ganaba 7-6, 5-1 y 30-15. Ya en la noche argentina, el surcoreano pudo retornar al court para jugar los pocos puntos que lo separaban de la victoria ante el 120° del planeta.
Esa pausa no supuso un problema para Lee, que en la segunda ronda se medirá con el polaco Hubert Hurkacz, tercer favorito del certamen. Él conoce la paciencia.
Su primera incursión en la clasificación de un ATP fue en 2015, en Shenzhen. Tenía 15 años, ya acumulaba títulos Future (todos en Asia). No pasó el primer partido de la qualy. Auckland, Tokyo, Marrakech y Antalya, en junio pasado, fueron sus sucesivos intentos, además de sus 11 pruebas para acceder a un Grand Slam (en 2017 y 2018 quedó a una victoria de jugar el Abierto de Australia).
Los últimos meses fueron productivos, en su primera gira por los Estados Unidos. En junio disputó la definición de un challenger, instancia que no alcanzaba desde septiembre de 2016. Perdió con el experimentado israelí Dudi Sela en Little Rock, Estados Unidos.Mirá también¿Por qué Simone Biles pudo hacer el ejercicio “imposible” en la gimnasia artística?
Cuatro años después de su participación en Shenzhen, entró directamente al cuadro principal de Winston Salem. Y escribió su nombre en la historia.
«El tenis es mi mejor oportunidad para sobrevivir en una sociedad normal», aseguró Lee, el tercer mejor surcoreano en la actualidad, por detrás de Soonwoo Kwon (90°) y Hyeon Chung (151°).
«Me dijeron que, como soy sordo, no podría tener éxito en el tenis. Pensé en retirarme, pero al mismo tiempo quiero demostrarles que están equivocados«, expresó el diestro, que lleva ganados ocho Futures y que ahora dio un paso firme para mantenerse en la élite.